"Algunas veces pensamos en los dones como si fueran medallas. Cuando somos buenos obtenemos una medalla: se recibe el don de lenguas o el don de profecía como un premio. Éste no es el verdadero punto. Lo realmente importante es que el Señor quiere que seas una luz potente y dinámica en diversos lugares, donde quieras que te encuentres. Tienes que ser luz para ejecutar de la mejor manera el trabajo del Señor. ¡No es posible ser instrumento del Espíritu Santo y no estar bendecido, así como no es posible tocar el fuego y no quemarse! Se deben esperar las bendiciones del Señor, después de hacer su trabajo y de rendirse a sus dones. No hay que esperar estos dones como si fuesen medallas."
Rev. Robert Degrandis ssj
El Don de profecía
Pág. 13 – Ed. AMS
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