«Sólo así la luz de Cristo, que es Amor, puede brillar en quienes lo acogen y atraer a los demás. La luz de Cristo no se extiende solo con palabras, con métodos falsos, empresariales… No, no. Fe, palabra, testimonio: así se amplía la luz de Cristo. La estrella es Cristo, pero también nosotros podemos y debemos ser la estrella, para nuestros hermanos y hermanas, como testigos de los tesoros de infinita bondad y misericordia que el Redentor ofrece gratuitamente a todos. La luz de Cristo no se expande por proselitismo, se expande por el testimonio, por la confesión de la fe. También por el martirio»«Por tanto, la condición es acoger esta luz en uno mismo, acogerla cada vez más. ¡Ay de nosotros si pensáramos que la poseemos!, ¡ay de nosotros si pensáramos que sólo tenemos que “administrarla”! También nosotros, como los Magos, estamos llamados a dejarnos siempre fascinar, atraer, guiar, iluminar y convertir por Cristo: es el camino de la fe, a través de la oración y la contemplación de las obras de Dios, que continuamente nos llenan de alegría y de asombro, un asombro siempre nuevo. El asombro es siempre el primer paso para avanzar en esta luz»
Francisco
Ángelus
06-01-2021
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