«También nosotros podemos levantar a los otros: no juzgando, no insinuando qué hacer, sino haciéndonos cercanos, com-padeciendo, compartiendo el amor de Dios. La cercanía es el estilo de Dios con nosotros; Él mismo se lo dijo a Moisés: “Pensad: ¿qué pueblo tiene sus dioses tan cercanos como vosotros me tenéis a mí?”… No nos cansemos de invocar la luz y la fuerza del Espíritu Santo, para que nos ayude a vivir con amor las cosas ordinarias y así hacerlas extraordinarias. Es el amor que cambia: las cosas ordinarias parecen seguir siendo ordinarias, pero cuando se hacen con amor se vuelven extraordinarias. Si permanecemos abiertos, dóciles, al Espíritu, Él inspira nuestros pensamientos y nuestras acciones de cada día»
Francisco
Ángelus
10-01-2021
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