Evangelio según San Juan 1,35-42
Estaba Juan Bautista otra vez allí con dos de sus discípulosy, mirando a Jesús que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios".Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús.El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué quieren?". Ellos le respondieron: "Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?"."Vengan y lo verán", les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías", que traducido significa Cristo.Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas", que traducido significa Pedro.
Queridos amigos:
Tras los festejos por el año nuevo, comenzamos la primera semana completa de este año 2021. Ciertamente cada día tiene su afán, y lo “nuevo” no está en el año, sino que de estar en algún sitio, puede estar en nosotros. En cómo recibamos lo que el Señor nos va regalando y cómo respondamos ante ello. En todo caso, iniciar un nuevo año tiene algo de simbólico, que podemos aprovechar en estos días. Durante esta primera semana completa del nuevo año, podemos intentar descubrir en la Palabra de Dios aquellas actitudes que nos permitan “ser nuevos” en este tiempo y en todos los años. Este periodo difícil de pandemia nos puede ayudar a volver a lo esencial, y hay actitudes que somos llamamos a potenciar, en nuestros días y en el mundo post-pandemia que esperamos. En el fondo, esa novedad no es otra que la novedad del Reino de Dios, que el tiempo presente, en el comienzo del nuevo año, nos puede ayudar a despertar.
En el Evangelio de hoy se nos habla de BÚSQUEDA. Hay dos personas que buscan, y alguien que anima esa búsqueda: Juan apunta hacia el Mesías ante sus dos discípulos, de una manera tal que despierta su búsqueda. En el inicio de todo camino hay una búsqueda. Y ningún paso se da si nos instalamos en el presente sin buscar nada más ni preguntarnos más allá de lo que hay.
En esa búsqueda, comienza el tiempo de las PREGUNTAS. Jesús pregunta a los dos discípulos; ellos le preguntan de nuevo… Y ahí comienza toda una historia. Quien tiene preguntas puede encontrar respuestas. Y por lo mismo, quien carece de preguntas, le sobran todas las posibles respuestas.
El camino del seguimiento del Señor es siempre un camino de búsqueda. Hay una búsqueda inicial, en la que se llega a descubrir que ya Él nos buscaba primero... y nos encuentra. Hay una búsqueda intermedia, que pretende acompasar nuestro paso al suyo, descubriendo sus horizontes hasta forjar nuestro proyecto de vida. Y hay muchas búsquedas posteriores, al hilo de los cambios que nos trae la vida, para encontrar cómo seguir siendo fiel a nuestro ser discípulos en las circunstancias que nos toca vivir, a veces a contracorriente.
Que en nuestra búsqueda no falten las preguntas: las que nosotros le hacemos a Dios, y las cuestiones que él va despertando en nuestro corazón, para ayudar a encauzar nuestro camino.
Que en este nuevo año no nos falten ni la búsqueda ni las preguntas.
Nuestro hermano en la fe:
Luis Manuel Suárez CMF
fuente del comentario CIUDAD REDONDA
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