No sé cómo estás, pero debes saber que Dios te quiere bien y feliz. No solo felicidad momentánea, sino felicidad eterna, salvación y santificación, esta es la voluntad de Dios, porque Él es amor.
Cuando pasamos por el sufrimiento, solo recordamos las cosas malas. El pasado se vuelve malo, el presente solo tiene puertas cerradas y el futuro se convierte en fuente de miedo. El diablo quiere esto, hasta el punto de querer vernos blasfemar contra Dios. La felicidad de Satanás es vernos rebelarnos contra el Señor.
El Espíritu Santo, sin embargo, está con nosotros, quiere renovar nuestra fe y traer a nuestra mente sueños que nos den esperanza, porque sin él estamos muertos.
“Porque soy yo quien conoce los planes que tengo para ti” (Jeremías 29,11).
No podemos olvidarnos de Dios ni perder la fe en Él, porque el Señor tiene planes para nosotros, propósitos de salvación y santidad. Cuando estamos en la miseria, perdemos por completo la certeza del mañana. A veces tratamos de sobrevivir cada día, pero hoy Dios nos dice: "¡Tengo un futuro para ti!" El Señor quiere liberarnos de nuestras debilidades y luego bendecirnos. Dios quiere que nuestra vida sea eterna.
¿Cómo entender los designios de Dios?
El secreto es la fe y la confianza, porque la fe no es lo que vemos, sino lo que creemos y esperamos. La fe es la certeza de que la voluntad de Dios es mucho mayor que la que estamos viviendo.
El diablo a veces usa la boca de quien más amamos para derribarnos. Quiere humillarnos, hacernos sufrir. Por muy mala que parezca nuestra situación, siempre hay una salida. El amor y los diseños de Dios para nuestras vidas son mayores. Cuanto mejor sea nuestra oración, mejor será nuestra fe.
Frei Josué Pereira de Sousa
No hay comentarios:
Publicar un comentario