En este momento puedo decir con total sinceridad:
En la debilidad Tú me haces fuerte.
En la tribulación tu Mano me sustenta.
Vuelve mientras descanso tu mirada sobre
Mi vida, mis afectos, mis desvelos,
Sobre aquellos que amo, que están cercarnos
y cercados, desanimados por las pruebas,
sobre aquellos que sienten el peso de desolación.
Que la tristeza sea aplacada en la noche
Y al amanecer Tu Amor les otorgue seguridad, confianza,
Esperanza y nada ni nadie les haga sentirse incapaces
de enfrentar toda batalla.
Gracias por enviarme tus ángeles,
que ellos estén en todos los caminos.
¡Amén!
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