miércoles, 2 de agosto de 2017

LA MÁS GRANDE DE TODAS LAS BUENAS ACCIONES.

En esto consiste la paciencia pura ante el mal, que limpia nuestra alma y la eleva a Dios.


Es bueno ayudar a otra alma con tus palabras y oraciones, pero algo más grande es ser paciente con tu semejante cuando te ofende, para que desaparezca su turbación, como dice San Doroteo. Con esto, te apiadas de esa alma, asumes sus cargas, oras por ella y anhelas su salvación y su bienestar material y espiritual. En esto consiste la paciencia pura ante el mal, que limpia nuestra alma y la eleva a Dios. Porque el servicio al hombre es más grande que cualquier otro trabajo y virtud. Porque no hay nada más grande entre las virtudes ni nada más perfecto que el amor al prójimo. Pero la señal de esto no es sólo tener algo que el otro necesita, sino que seas capaz de morir por él con alegría, siguiendo el mandamiento del Señor, y considerar esto tu obligación. Y es que estamos obligados a amar a nuestro prójimo hasta la muerte, no sólo por ser nuestro semejante, sino por la honorabilísima sangre que Cristo derramó por todos, Quien nos ordenó hacer esto.”

(Traducido de: Petru Damaschin, Învățături duhovnicești, în Filocalia V, Editura Humanitas, Bucureşti, 2001, p. 130)
fuente Doxologia

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