«Estén atentos a no escandalizar. El escándalo es malo porque el escándalo hiere, hiere la vulnerabilidad del pueblo de Dios y hiere la debilidad del pueblo de Dios. Y tantas veces estas heridas se llevan durante toda la vida. Además, el escándalo no sólo hiere, sino que es capaz de matar: matar esperanzas, matar ilusiones, matar familias, matar tantos corazones… La incoherencia de los cristianos es una de las armas más fáciles que tiene el diablo para debilitar al pueblo de Dios y para alejar al pueblo de Dios del Señor. Decir una cosa y hacer otra»
Francisco
Homilía en Santa Marta 13.11.2017
viñeta: Leonan Faro
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