RÍSPIDO, PERO LUMINOSO
Alfredo Mª Pérez Oliver, cmf - Martes 28 de Enero del 2014
Al leer despacio el documento precioso que nos acaba de ofrecer el Papa Francisco, siento que me aprieta la mano y el corazón no una mano con guante de seda, sino una mano rugosa de pastor. Un pastor avezado que ha corrido muchos rastrojos y senderos ásperos para encontrarse con el rebaño. Y con un cayado nudoso que ha formado la mano fuerte del que sabe conducir.
Ha titulado su Exhortación Apostólica “La alegría del evangelio”. No es contradictorio sino que se complementan la alegría de anunciar el Evangelio, “ el mensaje más hermoso que tiene este mundo”(277), con la mano fuerte que toma con ternura a la oveja descarriada y la pone sobre sus hombros.
El Papa contempla el camino recorrido y hace un diagnóstico, sin paliativos, del horizonte contemplado:”El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás…ya no escucha la voz de Dios…ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente.”(nº 2)
Los cantarillos de este año.
Ha llegado a mi pozo de Jacob torrencialmente la aguas de la “ Evangelii Guadium”. Ellas llenarán cantarillos y cantarillos durante todo el año. Aviso que unas veces serán aguas termales que curan, pero que queman. He visto el torrente llegar antes de entrar en los cauces subterráneos del pozo. Esta vista lejana me posibilita comenzar por unos rasgos generales del documento, para situarlo en nuestras coordenadas.
Un lenguaje diferente
Un lenguaje claro y directo. No duda en inventar neologismos para atrapar en una palabra todo un mensaje. Por ejemplo: Primerear; balconear; habriqueismos y otros. Palabras del Papa a las que nos habremos de ir acostumbrando. Traduzco para mayor claridad. Primerear quiere decir que hay que poner lo primero de todo en la vida a Jesucristo. Balconear denuncia a los que desde el balcón contemplan sin comprometerse. La fe, dice, se vive en la calle, comprometido con todos. Habriqueismo se refiere a los que reducen su trabajo a planificar sin pasar a la acción: “Habría que…”
Una vez aprendidas algunas expresiones podemos constatar que su lenguaje es claro, directo para que lo puedan entender todos. Desde los doctores hasta la gente sencilla. Pero no sólo se ha de entender con la cabeza, sino sobre todo con el corazón, que como dijo la raposa al Principito, las cosas esenciales sólo se ven con el corazón.
Primerear.
Leyendo la Exhortación en diagonal, nos encontraremos continuamente con expresiones que nos invitan a hacer de Jesús el número uno de nuestra vida, porque la alegría de la Buena Noticia es siempre la misma: “El Dios que manifestó su amor inmenso en Cristo muerto y resucitado.” (nº 11). El encuentro con Jesús “da un horizonte a la vida, y con ello, una orientación decisiva.”! (nº 7).
San Antonio Mª Claret, vivió con radicalidad esta configuración con Cristo: “Me hallo todo aniquilado. No quiero cosa que no sea su santísima voluntad. Vivo con la vida de Jesucristo. Él, poseyéndome, posee una nada, y yo lo poseo todo en Él.”(Aut. 754).
Y se imagina un compás. Un brazo hincado firme en Jesucristo y el otro dando vueltas con radios cada vez más amplios anunciando a todos el amor de Dios reflejado en el rostro de Cristo, para que todos le conozcan, le amen y le sirvan
Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
El Papa Francisco llama a todos a estar alerta como los centinelas. La E. G. es como una torre redonda para que el centinela vigile los cuatro puntos cardinales. ¿Quiénes son esos centinelas?: “En todos los bautizados, desde el primero hasta el último, actúa la fuerza santificadora del Espíritu que impulsa a Evangelizar.”(nº 119) Y les avisa de los peligros que pueden hacer fracasar su actividad misionera, principalmente la acedia egoísta y el pesimismo estéril (nº 81-86) Es llamativo que el Papa tiene más preocupación por los que se agazapan para no correr ningún peligro, que por los que lanzados puedan ser heridos. En la visita pastoral el 19 de Enero a la Parroquia del Sagrado Corazón, de Roma, se lo dijo claro al grupo de jóvenes voluntarios que se preparan para ser evangelizadores. “Es necesario ensuciarse las manos. Quien está siempre limpio es porque no camina. Mientas que quien camina se ensucia física o espiritualmente. Pero nos hay que tener miedo, porque el Señor nos limpia por completo.”
Pasó el Papa cuarenta minutos gozosos con esos cachorros de “perro pastor” que están-como linces - esperando el silbido que les señala las ovejas descarriadas.
Me extraña que el Papa Francisco no haya comparado a estos jóvenes con los avispados perros de los pastores, que les ofrecen una ayuda impagable. ¿No se dará esta raza en Argentina?
Algunos desafíos
Si todas las páginas destilan claridad y rotundidad, las destinadas a los desafíos se sobrepasan a sí mismas: No a una total economía de la exclusión. No a la nueva idolatría del dinero. No a un dinero que gobierna en lugar de servir. No a inequidad que genera violencia.. Y no olvida los desafíos que ofrece la inculturación y le preocupa mucho el desarrollo integral de los más abandonados de la sociedad.
La pistola en el pecho.
El Papa Francisco quiere la Iglesia en salida. He oído comentar que esta expresión es un poco extraña. A mi me parece perfecta. Me imagino al juez de línea con la pistola en alto para dar el pistoletazo de salida, mientras los atletas con todos los músculos en tensión para lanzarse a la carrera. Y si alguno se ha retirado de la línea de salida, y pretende sentarse en la silla de espectador, este centinela lo ha descubierto y le pone la pistola en el pecho, mientras le pregunta: Y tú ¿qué hace ahí sentado?:”Esa no es la opción de una vida digna y plena, ese nos es el deseo de Dios para nosotros, esa no es la vida en el Espíritu que brota del Corazón de Cristo resucitado.”(E.G.2)
Y ya esta lleno el cantarillo. No nos faltará agua abundante para seguir ofreciendo el agua que ofrece Cristo sentado junto al Pozo de Jacob.
fuente: Ciudad Redonda
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