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(VIS) Refiriéndose después a uno de los temas de reflexión de la conferencia, "Los carismas en la vida de la Iglesia particular", el Santo Padre afirmó que "lo que narra el Nuevo Testamento sobre los carismas, que aparecieron como signos visibles de la venida del Espíritu Santo, no es un acontecimiento histórico del pasado, sino realidad siempre viva: es el mismo Espíritu divino, alma de la Iglesia el que actúa en ella en todas las épocas y estas obras suyas, misteriosas e eficaces, se manifiestan en nuestro tiempo de forma providencial". "Los movimientos y las nuevas comunidades son como irrupciones del Espíritu Santo en la Iglesia y la sociedad contemporáneas. Podemos afirmar que uno de los elementos y de los aspectos positivos de las Comunidades de la Renovación Carismática Católica es el relieve que asumen en ellas los carismas o dones del Espíritu Sano y su mérito es haber recordado su actualidad en la Iglesia". Benedicto XVI recordó a continuación que el Concilio Vaticano II mencionaba en diversos documentos el tema de las nuevas comunidades eclesiales y que también "el Catecismo de la Iglesia Católica subraya el valor y la importancia de los nuevos carismas en la Iglesia, cuya autenticidad se garantiza por su disponibilidad a someterse al discernimiento de la autoridad eclesiástica. Precisamente porque hay un florecimiento prometedor de movimientos y comunidades eclesiales, es importante que los pastores ejerzan con ellos un discernimiento prudente y sabio". "Sé que se están estudiando modalidades oportunas para dar un reconocimiento pontificio a los nuevos movimientos y comunidades eclesiales y que no son pocos los que lo han recibido ya. (...) Los pastores, sobre todo los obispos, deben tener en cuenta este dato a la hora de discernir oportunamente según su competencia". El Papa señaló que uno de los objetivos de la Hermandad, "siguiendo las indicaciones de (...) Juan Pablo II, es salvaguardar la identidad católica de las comunidades carismáticas, alentándolas a mantener un estrecho vínculo con los obispos y el pontífice romano", y manifestó su agrado por la creación de un Centro de formación permanente para los miembros y responsables de las comunidades carismáticas. "La salvaguardia de la fidelidad a la identidad católica y del carácter eclesial por parte de todas vuestras comunidades -concluyó el pontífice- hará posible que deis en todos los lugares testimonio vivo y activo del profundo misterio de la Iglesia. Así se promoverá también la capacidad de las diversas comunidades para atraer a nuevos miembros".
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