Cuántas miserias habitan en nosotros, y así como una liana le quita sabia al árbol, así las miserias retiran de nosotros la gracia, Pero tenemos un lugar donde podemos bucear, donde podemos entregar todas nuestras miserias: en la inmensa misericordia de Jesús.
Somos pecadores, porque el pecado original dejó marcas en nosotros. Ya fuimos salvados por Jesús, Él abrió las puertas del cielo para nosotros, pero el pecado original dejó sus consecuencias. Así como nunca más pude donar sangre porque fui tuberculoso y la dolencia dejó en marcas en mi, el pecado original dejó también sus marcas en cada uno de nosotros.
La miseria humana y la misericordia de Dios se atraen como dos polos de un imán. Tu, miserable pecador, eres atraído por la misericordia porque fuiste creado para el cielo, tú eres de Dios. La misericordia te atrae con tanta fuerza que un día entras en el corazón misericordioso de Dios y así te encuentras con Jesús-misericordia.
Misericordia: miseria + corazón. Tu miseria más el corazón de Dios es es misericordia. Sólo el corazón de Dios es capaz de recibir todas tus miserias.
El buen ladrón fue bueno porque robó el cielo. El, reconociendo a Jesús como Hijo de Dios, alcanzó la misericordia divina y ganó el cielo.
Hoy, Dios llama personas simples, como yo o como vos, para ser predicadores de su misericordia. Si proclamas la misericordia con tu vida, por donde pasas, Dios colocará personas que serán instrumentos de misericordia para los tuyos. ¡Sé un instrumento de misericordia!
Mi hijo, si quieres misericordia, búscala con todo tu corazón y con todas tus fuerzas. Entra en el trono de la gracia, conquistado en el Calvario, que es la misericordia de Jesús.!
Tu hermano,
Mons Jonas Abib
Fundador da Comunidade Canção Nova
Fundador da Comunidade Canção Nova
fuente: Mensaje del día portal Canção Nova
Adaptación del original en portugues.
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