Avanzar en nuestro camino siendo y escogiendo las cosas de Dios no es nada fácil
“El que teme al Señor encamina bien su amistad, porque como es él, así también será su amigo.
Ecle 6,17
Avanzar en nuestro camino siendo y escogiendo las cosas de Dios no es nada fácil. A veces vivimos altibajos; tiempos de profunda relación con Dios, pero también tiempos de vacíos de Dios. Por eso se vuelve cada vez más exigente el compromiso de ser hombres y mujeres de Dios.
Es cierto que tú y yo ya experimentamos también en nuestro camino cristiano, personas que marcaron nuestra caminata de forma positiva, personas que fueron ayuda y señal de la presencia de Dios para ti.
Pero también habrás experimentado un poco lo contrario; personas que al acercarse, hacen que te apartes de Dios y de los propósitos que Él tenía para ti. Personas que mientras más convivías, menos reflejabas la esencia de Dios.
Créelo, existen personas que “tienen fuerza” de “desfigurar” a Dios en nosotros. Personas que absorben nuestras fuerzas y propósitos de santidad. Es de esas personas que estoy hablando.
Una vez que identificaste esa situación, seguro que el Espíritu Santo ya debe estar colocando en tu corazón y haciéndote recordar nombres, hechos y personas que te hacen vivir exactamente esta realidad.
Personas que influyen de modo negativo en tus comportamientos y elecciones, personas que hacen que vuelvas a hacer cosas del pasado que ya habías abandonado, personas que te incentivan a estar en lugares que hace tiempo no frecuentabas; que te impulsan a volver a la bebida, a una sexualidad desordenada, personas que influyen en tu modo de hablar y de comportarte, que hacen que dejes de ir a Misa o al Grupo de Oración, en fin, personas que debilitan tu deseo de Dios.
No tengo miedo de aconsejarte: ¡Apártate de esas personas!
Me puedes preguntar si eso no sería falta de caridad, o algo de eso. Yo te digo que no. Porque realmente hay situaciones en las que es necesario que evangelicemos con palabras y con nuestro ejemplo de vida, para que las personas que nos rodean se conviertan. Pero en este caso, estas situaciones que presenté, están por encima de nuestras fuerzas de voluntad y decisión. Cuando no logramos luchar contra eso y nos dejamos influenciar y llevar, lo que tenemos que hacer sin duda alguna es apartarnos.
Lo que está en peligro aquí es la vida de Dios en ti. No se trata ahora de evangelización, se trata de sobrevivencia. Se trata de dejarlo crecer a Dios en ti o no.
Aquí la Palabra de Dios, nos ayuda a entender eso cuando dice: “Trata a los sabios y te harás sabio, frecuenta a los necios y acabarás mal” (Proverbios 13,20).
Te puedes preguntar ¿No debo intentar presentar a Dios a esa persona que aún no lo conoce? La respuesta es: sí, debes hacerlo, pero en el tiempo oportuno. Si aún no puedes soportar tal situación que te vuelve vulnerable, no debes querer enfrentarla. Entonces, ¡apártate! La Palabra dice “frecuenta a los necios y acabarás mal”.
No tengas miedo de apartarte de las personas que te apartan de Dios. Claro, no necesitas decírselo a esa persona, ni pensar que pertenece al diablo o algo así. La cuestión aquí no son las demás personas sino tú. Cómo te dejas llevar, cómo te dejas influenciar…
Hoy en día, convivo con personas que hace cinco años atrás preferí distanciarme, porque percibía que estar con ellas no me ayudaba en mi camino con Dios. Hoy puedo convivir con estas personas sin ningún problema, porque crecí en aquello que era débil.
¡Espero que haya quedado claro!
Un consejo: Presta atención a tu comportamiento, pues puede haber personas cercanas a ti que leerán este artículo y tal vez decidan apartarse un poco de ti, entonces es también momento de rever la manera en que estamos influyendo e inspirando a las personas cercanas.
¡Dios te bendiga!
Danilo Gesualdo – Misionero de la Comunidad Canción Nueva
Hola, muy buen articulo, me encantó. La verdad debía de leer esto, porque estoy en una situación un poco parecida... Tengo un amigo que se la pasa hablando puras vulgaridades, y estoy segura que ha visto malicias en el internet. Cada vez que hablo con el, empieza a hablar cosas lujuriosas, y siento que esto me esta alejando de dios. Pero ahora sé que sobre cualquier amistad, la que debo de cuidar es la de dios. Muchas gracias por este articulo tan hermoso.
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