Un árbol bueno no puede producir frutos malos, así como un árbol malo no puede producir frutos buenos. Debemos mirarnos y ver que frutos estamos produciendo. Gracias a Dios, nosotros somos arboles buenos. No es por merito propio, sino por Jesús, por el Bautismo que Él nos dio y por nuestro encuentro personal con Él. Ninguno de nosotros es perfecto, pero el Señor vive en nosotros como un templo. El Espíritu Santo esta en ti, Jesús se encuentra dentro de ti y también el Padre lo esta. Entonces, mis hermano, la Santísima Trinidad esta en ti. Así, puedes producir buenos frutos.
El antiguo Testamento nos habla de la fe de Abrahán. Él estaba ansioso, creía que Dios le daría aquellas tierras, pero sabía que no iba tener hijos, porque Sarah, su esposa, era estéril. Luego él se desahoga con Dios, cuestionándolo para que iba recibir una herencia si no podía tener hijos (Gn 15,2). Pero, Dios, dice claramente que su heredero será unos de sus descendientes (Gn 15,4). El Señor llevándolo afuera le dijo: “Levanta la mirada al cielo y cuenta, si puedas, las estrellas. Así será tu descendencia”(Gn 15,5).
Abrahán creyó en Dios, sin importar lo que el resto dijera. Abraham todavía le pregunto al Señor como iba saber si heredaría esa tierra (Gn 15,8). Entonces, Dios le pidió que tomara varios animales, incluyendo dos aves. Abrahán cortó lo animales por la mitad, los puso como en una fila, durante todo el día, esperando por el Señor.
Puedes pensar que es una actitud extraña, pero esta era la forma en que los hombres hacían una alianza entre sí. El gran acuerdo que hacían era el siguiente: los dos hombres, que hacían el acuerdo, pasaban por el medio de los animales, eso quería decir que estaban haciendo un trato y que les ocurriría los mismo que a los animales, si uno de ellos rompía el trato. Eso hacia que ellos fuesen fieles a los compromisos asumidos.
Pero, esta vez, el acuerdo es con Dios, y es Él quien toma la iniciativa. Así, Abrahán espera por el Señor durante todo el día. Este retraso fue una demostración más de que Él tendría que esperar mucho para tener una gran generación. Esa espera fue de, por lo menos, de 500 años para que él tuviera la posesión de aquella tierra.
Mis hermanos, para nosotros, lo más difícil es esperar. Dios es el Todopoderoso, cumple sus promesas, pero el tiempo esta en sus manos. Necesitamos aprender a esperar. Tal vez estas esperando grandes gracias y milagros, estas angustiado, desesperados… Pero tenemos que aprender aguardar la hora del Señor. Él sabe el mejor momento para nosotros.
Existe muchas cosas que Dios quiere resolver para nosotros, pero eso no depende solo de Él, sino también de las personas. Como la situación de tu matrimonio: no depende solo de ti, sino también de tu cónyuge.a El Padre da la gracia, pero la persona es responsable de aceptarla o no. Es por eso que las cosas tardan.
María, la hermana de Lázaro y de Marta, era una prostituta de leprosos y solo convirtió después de la resurrección. Jesús esperó por ella como espera por cada uno de nosotros, para un paso más, una conversión más. Del mismo modo, Él esta esperando por tu esposo(a) y tus hijos. Necesitamos esperar, pero Dios es fiel.
Cuando ya estaba oscureciendo, Abrahám tuvo un sueño, lo que en realidad, era la aproximación del Señor. Él fue tomado de un gran terror, porque la presencia de Dios dejo una sensación diferente en su interior. Apareció un brasero humeante y una antorcha de fuego que pasaba entre los animales divididos. Allí estaba la señal de la alianza de Dios Omnipotente, pero también de Abrahán que pasaba entre los animales. Allí se hizo la alianza entre Dios y Abrahán: “A tu descendencia daré esta tierra desde el torrente de Egipto hasta el gran río Éufrates” (Gn 15,18).
La Palabra nos da una gran lección: el Señor hizo una alianza con cada uno de nosotros y con los suyos. ¡Dios es fiel! Él cumplirá las promesas que hizo. Necesitamos permanecer fiel y tener el coraje de aprender a esperar.
Traducido por: Thaís Rufino de Azevedo
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
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