¡Buen día, Espíritu Santo!
Tu Presencia Viva y Pura,
sea mi fuerza, mi alegría y mi consuelo.
¡Ven y ayúdame a vivir la Voluntad del Padre!
¡Ven y ayúdame a transitar el camino del Hijo!
Instrúyeme en tus sendas,
dame el caminar en lealtad,
el caminar en pureza,
el caminar en humildad.
Que Tu ternura sea vuelva aliento y alimento,
Que Tu Misericordia le dé ritmo a mi corazón.
Robustéceme para la prueba,
Despierta mis capacidades dormidas,
dale luz a mi inteligencia,
robustez a mi voluntad.
y recuérdame en todo tiempo
que Soy Hijo,
que mi Herencia todo lo vale.
Que me espera un Cielo,
que me espera un Abrazo, que me espera una corona.
¡Amén!
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