¿Dónde gastas tu tiempo? ¿qué es lo esencial o lo accidental en ti? ¿Dónde derramas tu vida?
Amar duele todo el tiempo. Amas a tu hijo y sabes que él necesita ir a la escuela, entonces aunque se quede ahí gritando y tú salgas llorando, lo dejarás porque él necesita desprenderse de ti. En mi infancia yo mojaba los pantalones cuando estaba en la escuela solo para ir a mi casa y estar con mi mamá. Hasta que el cuarto día la profesora dijo que había conseguido otra ropa. Fue ahí que aprendí a perder.
Tú, madre, sufres los dolores de parto para traer a tu hijo al mundo pero todo el tiempo sufrirás por ese niño. Madre que no sabe perder, no sabe educar a su hijo. Digo todo eso para hablar sobre la zarza ardiente y la orden de Jesús sobre la travesía rumbo a nuestra conversión.
Moisés reconoce la misión de llevar al pueblo a pasar por el desierto. Y ve una zarza que se quema sin consumirse. Pero él tiene conciencia que aquel momento es accidental en su vida. Dios podría haberse manifestado de otra forma. Accidental es aquello que podría ser diferente, que no hace falta, que con su ausencia la vida continuaría de la misma forma.
La muerte habría encontrado a Moisés si él pensase que en la zarza, había visto todo. Dios no nos entrega nada para que muera, sino para que sea multiplicado. Cualquier experiencia humana no termina así, sino que siempre tiene algo más. La vida, a veces, nos hace parar para ver su belleza pero también su tragedia y nada nos puede parar.
Es la unión del calvario y del sepulcro vacío que dan sentido a nuestra vida. Lo que hará la diferencia es la forma como enfrentas el momento que vives. “Esta fiesta está tan buena que no quisiera que acabe” ¡mentira!. Ya llegó la hora de irse. El resto de la vida es demasiado tiempo. La puesta de sol solo es bonita porque se está acabando. Si no fuese pasajero no le prestaríamos atención pues estaría ahí siempre.
Dios nos indica un camino para recorrer. Lo que Jesús nos dice es: “Corre hacia lo que está en ti”. Dentro de ti hay tantos lugares a donde llegar, tantas puestas de sol. En el lugar de las tempestades también hay puestas de sol. No naciste para tragedias definitivas.
Religión es antes de cualquier cosa, la mezcla de lo sagrado y divino en nosotros. Conoce lo que eres porque así sabrás trabajar mejor contigo mismo. Queremos conocer al otro pero no nos queremos conocer a nosotros mismos. Es una lucha constante, verás lo que te atrae, pero también las espinas. Experimentar caminar en el desierto es ir más allá.
¿Y si Jesús te pregunta quien eres? ¿qué has hecho de tu vida? ¿Qué has permitido que los otros hagan con tu vida? ¿qué es lo esencial en tu vida? ¿dónde gastas tus días, tus horas? Todo el tiempo lidiamos con “abejas” que nos rodean todo el tiempo para extraer alguna cosa de nosotros , ¿qué sale? ¿miel o hiel? Es muy fácil producir miel cuando todo está a nuestro favor, pero el desafío está en dar testimonio de nuestra fe cuando todo está desarreglado y proclamarla para aquel que nos hizo bajar del árbol”.
Quieres ser feliz, no equivocarte, pero corres el riesgo de llegar ahí y darte cuenta de que no funcionó. Solo llega ahi quien se disciplina para no desistir. ¿Qué te gustaría hacer? ¿qué te gustaría soñar diferente? Si hoy murieses, ¿qué sueños morirían contigo? solo sobrevive en el desierto quien se prepara para hacer una travesía segura. La cosa más fácil es perder el rumbo de la vida. Basta una luz en el punto equivocado.
Cuidado con todo lo que brilla demasiado, o que es muy artificial. Fuegos artificiales son pasajeros, temporales. Nunca vi a un chico llorando porque no le regalaron el yate que quería. Pero ya vi a muchos jóvenes llorando sin tener el coraje de contar que les gustaría sentirse amados. La falta de amor hace llorar, destruye. Amor es esencial.
Nosotros solo lograremos superar la travesía del desierto si estamos agrupados. Nadie llega al cielo o al infierno solo. Siempre estamos agrupados. Si quieres ir lejos agarra las manos de ese Dios que se ofrece en la Eucaristía.
Padre Fabio de Melo
Me encantó!!! Qué hermoso lo que testimonia. Gracias Miguel por compartirlo! Marcos y Vladia.
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