Señor y Dios nuestro,
Consagrado el día a tu Nombre
Pedimos al despertar que Tu Presencia sea nuestra Fuerza.
Bendice a cuantos se levantan
sumergidos en la desesperanza;
A quienes nada esperan y nada sueñan.
a los que dejaron de dar batalla,
a los que renunciaron al amor.
A los que perdieron la paciencia,
y se cerraron al perdón;
A los que vendieron su tesoro
o permitieron que otros lo saquearan .
¡Envía sobre ellos,
sobre nosotros,
sobre los nuestros,
sobre el mundo entero…
¡Espíritu Santo!
Llena, Bendice y Santifica.
Consuela, Reconcilia y susurra…
¿qué podemos hacer juntos hoy?
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