Hoy se celebra en los Estados Unidos, el día del trabajo, en esta fecha recordamos a San Alberto Hurtado (1901-1952), más conocido simplemente como el Padre Hurtado, que en el desarrollo de su misión trabajó y animó a los obreros para que se organizaran, con la finalidad de mejorar sus condiciones laborales, humanizando sus funciones.
Su visión del trabajo era grandiosa y para fortalecer a los obreros les decía: “Por el trabajo el hombre da lo mejor que tiene; su actividad personal, algo suyo, lo más suyo: no su dinero, sino su esfuerzo, su vida misma.”
Los acompañaba con la pasión que le era característica, en el proceso de encontrar el verdadero sentido del trabajo humano: “Cuando el obrero… descubre que su trabajo tiene valor para la comunidad, que es una contribución fraternal en bien de todos, su espíritu se ilumina con una nueva luz y sus músculos cobran nuevas energías…”
Observando las realidades de su tiempo, el Padre Hurtado se planteaba preguntas fundamentales: “¿Quién defiende los intereses de los obreros? ¿Quién vela para que no sean violados? En la fidelidad a sus creencias en la dignidad del hombre y su condición de colaborador en la creación junto a Dios Padre, animaba a los obreros para que se agruparan ordenadamente y lucharan por sus derechos en forma pacífica, siempre cumpliendo sus deberes: “Esa justicia y esa armonía piden por igual el cumplimiento de los deberes recíprocos —decía— y el respeto de los mutuos derechos entre patrones y trabajadores…”
Con claridad plasmó en sus discursos y prédicas que la lucha por los derechos de los trabajadores, lejos de ser una actitud partidista, era más bien el reflejo de su conducta cristiana. El Padre Hurtado actuó siempre avalado por el querer y el mensaje de la Iglesia contenida en la encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, primera encíclica social del catolicismo.
El mensaje del Padre Hurtado a los trabajadores de su tiempo fue buscar, hallar y vivir la justicia, principio esencial del seguimiento de Jesús: “La actitud del cristianismo social ante las injusticias es un reclamo de justicia para los oprimidos.” (Pensamiento social del Padre Hurtado, pág. 54)
“Padre eterno, ayúdame a llevar mis cargas con paciencia, a cumplir mi trabajo fiel y honestamente y ser solidario con mis familiares, amigos y compañeros.”1 Corintios 5, 1-8
Salmo 5, 5-7. 12
fuente Devocionario Católico La Palabra con nosotros
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