Una persona de fe es una persona de esperanza. Como cristianos no podemos vivir sin soñar, sin ideales que nos inspiren y que incluso nos impacienten a veces. El mensaje de este Primer Domingo de Adviento nos habla del sueño de Dios con respecto a nuestro mundo. Este mundo está destinado a la paz y la justicia. Sucederá este sueño feliz cuando la luz de Cristo brille sobre él. Dios escribirá este futuro solamente con la ayuda de los hombres. --- ¿Estamos despiertos y dispuestos a hacer llegar la luz y la paz de Cristo a este nuestro mundo de hoy y a transformarlo en el mundo de mañana soñado por Dios?
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