«El matrimonio es una predicación silenciosa a todos los demás, una predicación de todos los días… Es verdad que hay momentos de dificultad, hay problemas con los hijos o en la misma pareja, discusiones, peleas… pero lo importante es que la carne siga siendo una y se superan, se superan, se superan. Y esto no es solo un sacramento para ellos, sino también para la Iglesia, como si fuese un sacramento que llama la atención: “¡Miren, el amor es posible!”. Y el amor es capaz de hacernos vivir enamorados toda la vida: en la alegría y en el dolor con el problema de los hijos y el problema de ellos… pero ir siempre adelante. En la salud y en la enfermedad, pero siempre adelante. Esta es la belleza»
Santo Padre Francisco.
Homilía en Santa Marta. 25.05.2018
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