El Señor nos puede curar!
Viví una experiencia inolvidable hace algún tiempo en un encuentro en el que estuve predicando. Durante la Misa, mientras distribuía la comunión, percibí una alergia muy fuerte en la mano de una persona que iba a recibir la Eucaristía. En el momento en que coloqué la Hostia en su mano, la alergia desapareció.
Durante todo el tiempo restante del Rito de Comunión me preguntaba: "Señor, ¿lo que vi fue real o fue impresión mía?" ¿Señor, le has curado?" Después de la comunión, durante una oración de sanación, comencé a orar por el pueblo de Dios y tuve el coraje de anunciar aquella sanación. Hablé en voz alta: "Donde te encuentres, levanta y muestra a las personas tu mano" La respuesta fue inmediata: con lágrimas en los ojos, la persona mostró a todos su mano curada! La Eucaristía es como un remedio que tenemos que tomar constantemente hasta quedar curados.
Tu hermano,
mons. Jonas Abib
Fundador Comunidad Canción Nueva
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