Es impresionante la realidad de los dones. Es necesario usarlos y hacer que, en nuestros grupos de oración, ellos sean entusiasmantes y acontezcan, -y me refiero a todos ellos, desde el don de lenguas, hasta la palabra de profecía, dones de sanación entre otros. En los grupos, no podemos delegar esa tarea solamente a las personas especializadas en eso. No podemos hacer restricciones del tipo: "Aquella es la persona que trae palabra de profecía". ¡No! La palabra de profecía necesita ser común en el grupo de oración.
La palabra de ciencia, que es justamente esa intuición divina de ver dentro de la persona, ver dentro de los acontecimientos, necesita ser fuerte en el grupo de oración. Y, en ese caso, digo lo mismo: no son una o dos personas que tendrán la palabra de ciencia-, eso necesita ser fuerte en todo el grupo, una cosa común entre nosotros. San Pablo explica muy bien que ni todos los dones son para todos, pero es necesario que muchas personas tengan el don de palabra de ciencia.
En el grupo de oración, la fe debe hervir. El bautismo en el Espíritu Santo que recibimos debe hacer hervir nuestra fe!
Mons. Jonas Abib
Pentecostes hoje - pagina 18
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