Meditación: Juan 16, 12-15
Jesucristo, nuestro Señor, nos ha revelado los secretos del Reino de los cielos y nos enseñó que en Dios, siendo uno solo, hay tres Personas de igual naturaleza: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
La Escritura dice que el Padre y el Hijo nos concedieron el don del Espíritu Santo para guiarnos a toda la verdad y conocer los misterios del Evangelio, porque la Santísima Trinidad es un misterio que todos estamos llamados a experimentar.
¡Qué amor tan asombroso es que el Padre haya sacrificado a su Hijo para salvar a todos los pecadores y restituirles su herencia como hijos de Dios! ¡Qué amor tan asombroso es que el Espíritu Santo venga a vivir en el corazón de los creyentes como abogado y maestro! En efecto, los fieles hemos recibido la redención y la misericordia que nos ha dado Dios Todopoderoso, y ahora podemos vivir como él lo dispuso desde el principio de la creación.
Lo que hoy celebramos no es una verdad abstracta, sino una realidad personal y viva. Dios quiere que experimentemos el amor de la Santísima Trinidad, recibamos la salud que fluye de la victoria de Jesús sobre el mal y seamos transformados por la revelación de la verdad divina por medio del Espíritu Santo.
Hoy celebramos también el Día del Padre, y con esta ocasión, el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez (de México), alentó el año pasado a seguir el modelo de la paternidad de Dios.
“La creación entera es una donación del Padre, un regalo para sus hijos, y los padres en la tierra deben ser de alguna manera reflejo de esa Paternidad Divina, que es providencia, que es donación, protección, ayuda para sus hijos.” Y destacó que el Día del Padre “es una ocasión para felicitar a los buenos padres de familia. A los que no solamente engendran, sino que educan, cuidan, alimentan, curan a sus hijos y los aman, y se sacrifican por ellos y por su bienestar.”
“Te alabo y te doy gracias, Dios mío, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por la vida, el amor y el perdón. También te pido por el que es o fue mi padre humano y por todos los padres de familia.”
Proverbios 8, 22-31
Salmo 8, 4-9
Romanos 5, 1-5
fuente Devocionario Católico La Palabra con nosotros
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