Debemos hacer nuestra contribución a la Iglesia. Debemos ser vasijas de barro que llevan el vino nuevo a la Iglesia: el vino del Espíritu Santo. El vino de los carismas, para que toda la Iglesia beba y permanezca llena del Espíritu Santo. Este es el deseo del Señor: “No abusen del vino que lleva al libertinaje; más bien, llénense del Espíritu Santo” (Efesios 5:18).
Iglesia, ¡llénate de Espíritu Santo! ¡Así es como el Señor hará nuevas todas las cosas! "Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra" (Hch 1.8).
En el momento presente y en los tiempos difíciles que se aproximan, necesitamos el poder del Espíritu Santo para continuar testimoniando a Jesús y no enfriarnos. Como en los inicios de la Iglesia, los cristianos de hoy se encuentran en la misma encrucijada: ser cristiano y testimoniar la fe en Jesús requiere fuerza, coraje y osadía.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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