Evangelio según San Mateo 19,13-15
Le trajeron entonces a unos niños para que les impusiera las manos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron,
pero Jesús les dijo: "Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos".
Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí.
RESONAR DE LA PALABRA
Queridos hermanos:
Hoy miramos culturalmente a los niños con ternura. ¡Son tan indefensos, tan débiles! Y pensamos que lo que Jesús nos quiso decir fue que hay que protegerlos y cuidarlos. Nos sentimos tranquilos. Eso ya lo sabemos y lo hacemos.
Pero, en realidad, Lo que Jesús nos dice es más serio. Los niños, en aquella época, eran considerados simplemente como no personas. Carecían de cualquier derecho social hasta que llegaban a la mayoría de edad.
Como otros grupos en aquella sociedad estaban marginados. De ellos es el Reino de Dios, y de gente como ellos, es decir, de tos marginados, de los que son considerados como nada.
Para entrar en el Reino hay que hacerse como aquellos niños. De algún modo hay que marginarse de esta sociedad, salirse de sus carriles. No podemos jugar a dos barajas.
El que sigue a Jesús tiene que dejar este estilo de mundo. Hay que hacerse como los marginados, para allá. desde los márgenes y las fronteras, aprender otra forma de ser personas, un nuevo litise de vida más acorde con el Reino.
CR
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