Mientras los demonios nos atacan y nos oprimen, los ángeles de Dios nos protegen. Nosotros que somos los valientes guerreros del Señor podemos contar con la presencia y la acción concreta de los combatientes del cielo.
El espíritu lucha con el espíritu; El ángel del Señor pelea con el ángel caído y lo vence. Esta es una lucha para ellos, no para nosotros. Depende de nosotros interceder firme y constantemente por el bien.
Nuestra intercesión abre espacio para que los ángeles de Dios puedan luchar y vencer en el mundo espiritual. No podemos ser ingenuos: somos combatientes, pero nuestro campo de batalla es otro.
En el mundo espiritual, los ángeles luchan contra los ángeles. Nuestra función, muy necesaria, es actuar como verdaderos combatientes en la oración. Necesitamos entender y asumir nuestra misión.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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