Existen diferentes grupos de oración, con diferente espiritualidad, insertados en diferentes movimientos eclesiales, pero los grupos que nos concentraremos, son los grupos de oración carismáticos.
La RCC desarrolla muchas actividades, la principal y una de las más conocidas son los grupos de oraciones. Ya en el mismo Documento de Santo Domingo encontramos lo siguiente: “En la Iglesia se multiplicaban los grupos de oración, los movimientos apostólicos, formas de nueva vida y de espiritualidad contemplativa (DSD38).
Pero, ¿Qué es un grupo de oración? Podemos definirlo, como una reunión de personas que se juntan para orar, con el fin de alabar, glorificar y dar gracias a Dios, llevando a los participantes a vivir una experiencia con el Dios vivo, considerándonos hijos de un mismo Padre, hermanos entre sí. Es así, que deseo clarificar, que un grupo de oración carismático, más que un conjunto de personas que se reúnen a orar, es una comunidad, en el que varios hermanos y hermanas deciden seguir un mismo estilo de vida, una espiritualidad carismática. Es decir, estar llenos y ser conducidos por el Espíritu Santo, viviendo al igual que Jesús.
El P. Alirio Pedrini en su libro “Grupo de Oración – Cómo hacer ocurrir la gracia” dice: que el objetivo de cada grupo de oración es llevar a todos los participantes a experimentar el Pentecostés personal, a crecer y llegar a la madurez de la vida cristina plena del Espíritu Santo. Una vida auténtica, alegre, feliz, desbordante, en familia comunidad y sociedad, capaz de llamar la atención de los contemporáneos y de atraer muchos otros para la misma forma de vida.
De aquí que es vital que el grupo de oración carismático esté ligado íntimamente a la dinámica de la Renovación Carismática Católica, con el propósito de promover desde su interior los diferentes objetivos y metas de esta corriente de gracia.
Dentro de la RCC como un todo, el vehículo normal y más común de manifestación y crecimiento en la fe y en la gracia del Espíritu Santo han sido, desde el inicio, los grupos de oración, que se convirtieron en la actividad básica y característica de este movimiento eclesial, de esa verdadera renovación que Cristo está realizando en su Iglesia. Es como el inicio de nuestro caminar como Iglesia, como lo dice Hechos de los Apóstoles… “Ellos perseveraban en la doctrina de los Apóstoles en las reuniones en común, en la fracción del Pan y en las oraciones” (He 2, 42 – 47).
Desde ese contexto el Grupo de Oración no deja de ser parte de la RCC y mucho menos de la Iglesia, por lo tanto, la obediencia a la jerarquía eclesial y a la del movimiento de la RCC no deja de ser la expresión más fuerte del compromiso que tenemos de “formar iglesia” y dentro de ese compromiso debemos cumplir la misión primera que es la de Evangelizar.
Kathia Arango
RCC de habla hispana de EEUU
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