Fiesta del Bautismo del Señor (Ciclo A)
Jesús no tenía necesidad de ser bautizado, pero los primeros teólogos dicen que, con su cuerpo, con su divinidad, en su bautismo bendijo todas las aguas, para que las aguas tuvieran el poder de dar el Bautismo. Y luego, antes de subir al Cielo, Jesús nos pidió ir por todo el mundo a bautizar. Y desde aquel día hasta el día de hoy, esto ha sido una cadena ininterrumpida: se bautizan a los hijos, y los hijos después a los hijos, y los hijos... Y hoy también esta cadena prosigue.
Estos niños son el eslabón de una cadena. Vosotros padres traéis a bautizar al niño o la niña, pero en algunos años serán ellos los que traerán a bautizar a un niño, o un nietecito... Así es la cadena de la fe. ¿Qué quiere decir esto? Desearía solamente deciros esto: vosotros sois los que transmitís la fe, los transmisores; vosotros tenéis el deber de transmitir la fe a estos niños. Es la más hermosa herencia que vosotros les dejaréis: la fe. Sólo esto. Llevad hoy a casa este pensamiento. Debemos ser transmisores de la fe. Pensad en esto, pensad siempre cómo transmitir la fe a los niños.
Hoy canta el coro, pero el coro más bello es este de los niños, que hacen ruido... Algunos llorarán, porque no están cómodos o porque tienen hambre: si tienen hambre, mamás, dadles de comer, tranquilas, porque ellos son aquí los protagonistas. Y ahora, con esta conciencia de ser transmisores de la fe, continuemos la ceremonia del Bautismo.
Santo Padre Francisco
Homilía (12-01-2014)
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