«La experiencia de Dios no nos bloquea, sino que nos libera; no nos aprisiona, sino que nos pone de nuevo en el camino, nos devuelve a los lugares habituales de nuestra existencia. Los lugares son y serán los mismos, pero nosotros, después del encuentro con Jesús, no somos los mismos de antes. El encuentro con Jesús nos cambia, nos transforma. Toda experiencia del encuentro con Jesús nos induce a emprender caminos diferentes, porque de Él proviene una buena fuerza que sana el corazón y nos separa del mal»
Francisco
Ángelus 06-01-2020
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