Mi seguridad sólo está en Ti,
mi confianza sólo anida en Ti.
Tú eres el que nos amas,
Tú eres el Bueno, el Grande, el Santo.
Tú eres el Dios que está conmigo,
El que es mi gozo y mi alegría.
Tú eres el que despierta el amor dormido
el que resucita mi esperanza.
Hoy quiero vivir para Ti por eso te clamo:
¡Dame Tu Espíritu Santo!
Derrama la lluvia abundante de Tu gracia.
La lluvia de Misericordia que baña las sequedades
y hace surgir vida nueva,
vida en plenitud, vida Divina.
Dame un caminar confiado,
un trabajar alegre,
un servir desde Tu Corazón de Misericordia.
Creo, espero y en Ti confío.
Bendíceme Padre en el Nombre de Tu Hijo
con la gracia de Tu Espíritu. ¡Amén!
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