viernes, 11 de agosto de 2017

El cristiano y la ignorancia

Dios no prohibió el conocimiento, porque es un don del Espíritu Santo.






La afirmación “cree y no preguntes” proviene de la Escritura? ¿Cuál es el origen de esas palabras?
—No, ¡para nada! Yo creo que algunos, al dialogar con teólogos —especialmente en el medio occidental, en el que durante un tiempo se le prohibió al pueblo el uso de la Escritura, para que no fuera interpretada de forma equivocada y evitar que surgieran nuevas herejías— dieron luz a semejante expresión, vinculándola maléfica e igrnorantemente a la Santa Escritura.
Dios no prohibió el conocimiento, porque es un don del Espíritu Santo, así como aparece consignado en los siete dones del profeta Isaías (capítulo 11, versículos 1-3). La ignorancia es un pecado muy grave, porque el cristiano auténtico no puede ser un tonto. En el Evangelio según San Juan, capítulo 17, el Señor, en Su oración, dice: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo”. Conocerlo significa implícitamente conocer la creación, obra Suya, porque “Todo fue hecho por él y sin él nada se hizo”. Así pues, no se trata de prohibir el conocimiento, sino de evitar el conocimiento ambiguo..

(Traducido de: Andrei Pleșu, Gabriel Liiceanu, Sorin Dumitrescu, Dialoguri de seară. Părintele Galeriu, Editura Harisma, București, 1991, pp. 90-91) fuente: Doxología

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