Con Jesús por la mañana.
“La señal del cristiano no es la espada, símbolo de la fuerza; tampoco lo es la balanza, símbolo de la justicia. La señal del cristiano es la cruz, símbolo del amor. Cuando uno ama, ¡con qué gusto se sacrifica! El cristiano, cuando quiere hacer una cosa con seriedad, no desprecia nunca la cruz” (San Alberto Hurtado). Al comenzar esta jornada de viernes, recuerda que Jesús, caminó con la cruz por ti y por toda la humanidad. Mantén una sonrisa al realizar las tareas difíciles de hoy y ofrece tu día por la intención del Papa para este mes.
Con Jesús durante el día.
“Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará” (Mt 16,24-25). ¿Cómo enfrentas las dificultades con los demás? ¿Sabes renunciar a tus deseos por un bien más amplio? ¿Incluyes los deseos de los otros en la solución de los problemas? Repite al ritmo de tu respiración: “Señor, ensancha mi corazón”, mientras continúas aplicándote con amor a tus tareas.
Con Jesús por la noche.
Recuerda a las personas y ofrece. Aquieta la respiración y cierra los ojos. Recuerda a las personas que acompañaron tu día. ¿Qué te han dejado esos encuentros? ¿Cuánto amor has demostrado en el trato? ¿Alguien necesita que le pidas perdón? ¿Qué te hubiera gustado que fuera diferente? Apunta lo que descubras y ofrece a todas las personas que estuvieron en tu día.
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