Amemos a Dios así como honramos a nuestros amigos.
Temámosle a Dios como a las fieras. Porque he sabido de hombres que, metiéndose en alguna casa con la intención de robar, no le temían a Dios, pero que al escuchar los ladridos de los perros guardianes han puesto pies en polvorosa... y lo que no consiguió el temor de Dios, lo hizo el miedo a las fieras.
Y amemos a Dios así como honramos a nuestros amigos. Porque he visto a algunos enfadando a Dios con descaro, pero honrando a sus seres queridos a cualquier precio, soportándolo todo y buscando desesperadamente la forma de reconciliarse con ellos, en caso de haberse distanciado por cualquier ínfimo motivo.
(Traducido de: Sfântul Ioan Scărarul, Cartea despre nevoinţe, în Filocalia IX, traducere din greceşte, introducere şi note de pr. prof. dr. Dumitru Stăniloae, Editura Humanitas, Bucureşti, 2002, p. 61) fuente: Doxología
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