jueves, 28 de septiembre de 2017

Con Jesús por la mañana.
«La comunidad parroquial es esencial para la misión, pues está cercana a la vida de la gente, pero, para que no sea únicamente una agrupación de cristianos que vienen el domingo para celebrar la Misa, y sea realmente una comunidad fraterna y solidaria se necesita una verdadera colaboración entre sacerdotes y laicos» (Papa Francisco). Todos somos hermanos en la Iglesia, laicos, sacerdotes y religiosos, corresponsables de la misión de Jesús. Reflexiona, ¿Te sientes hermano en tu comunidad parroquial? ¿Qué pequeño servicio podrías ofrecer en ella? ¡Ofrécelo y colabora en la misión parroquial! Ofrece tu día por la intención del mes.
Con Jesús por la tarde.
“Herodes dijo: A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas? Y andaba buscando la ocasión de conocerlo” (Lc 9, 7-9). Busca a Jesús presente en tu día. Sigue sus huellas desde la lógica del corazón. Expresa con sencillez: «Señor, quisiera conocerte como eres, tu imagen sobre mí bastará para cambiarme» (P. Pedro Arrupe).
Con Jesús por la noche.
Da gracias y pide luz. Aunque a veces no lo notes, Dios te acompaña en todos los momentos del día. Pídele la luz para recoger tu día. ¿Cómo has vivido el día de hoy? ¿Has reconocido a Jesús a tu lado hoy? ¿Qué te gustaría agradecer de la jornada? ¿En qué situación podrías haber actuado con más amor? Entrega tus preocupaciones al Padre del cielo para que las suavice.

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