Con Jesús por la mañana.
«La comunidad parroquial es esencial para la misión, pues está cercana a la vida de la gente, pero, para que no sea únicamente una agrupación de cristianos que vienen el domingo para celebrar la Misa, y sea realmente una comunidad fraterna y solidaria se necesita una verdadera colaboración entre sacerdotes y laicos» (Papa Francisco). Todos somos hermanos en la Iglesia, laicos, sacerdotes y religiosos, corresponsables de la misión de Jesús. Reflexiona, ¿Te sientes hermano en tu comunidad parroquial? ¿Qué pequeño servicio podrías ofrecer en ella? ¡Ofrécelo y colabora en la misión parroquial! Ofrece tu día por la intención del mes.
Con Jesús por la tarde.
“Herodes dijo: A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas? Y andaba buscando la ocasión de conocerlo” (Lc 9, 7-9). Busca a Jesús presente en tu día. Sigue sus huellas desde la lógica del corazón. Expresa con sencillez: «Señor, quisiera conocerte como eres, tu imagen sobre mí bastará para cambiarme» (P. Pedro Arrupe).
Con Jesús por la noche.
Da gracias y pide luz. Aunque a veces no lo notes, Dios te acompaña en todos los momentos del día. Pídele la luz para recoger tu día. ¿Cómo has vivido el día de hoy? ¿Has reconocido a Jesús a tu lado hoy? ¿Qué te gustaría agradecer de la jornada? ¿En qué situación podrías haber actuado con más amor? Entrega tus preocupaciones al Padre del cielo para que las suavice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario