"Las bienaventuranzas son de alguna manera el carné de identidad del cristiano, que lo identifica como seguidor de Jesús. Estamos llamados a ser bienaventurados, seguidores de Jesús, afrontando los dolores y angustias de nuestra época con el espíritu y el amor de Jesús. Así, podríamos señalar nuevas situaciones para vivirlas con el espíritu renovado y siempre actual:
Bienaventurados los que soportan con fe los males que otros les infligen y perdonan de corazón;
Bienaventurados los que miran a los ojos a los descartados y marginados mostrándoles cercanía;
Bienaventurados los que reconocen a Dios en cada persona y luchan para que otros también lo descubran;
Bienaventurados los que protegen y cuidan la casa común;
Bienaventurados los que renuncian al propio bienestar por el bien de otros;
Bienaventurados los que rezan y trabajan por la plena comunión de los cristianos...
Todos ellos son portadores de la misericordia y ternura de Dios, y recibirán ciertamente de él la recompensa merecida."
Papa Francisco - 1 de noviembre de 2016
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