"Hijo mío que estás en la tierra,
haz que tu vida sea
el mejor reflejo de mi nombre.
Adentrate en mi reino
en cada paso que des,
en cada decisión que tomes,
en cada caricia y cada gesto.
Constrúyelo tú y conmigo.
Esa es mi voluntad
en la tierra y en el cielo.
Toma el pan de cada día
consciente de que es un privilegio
y un milagro. Perdono tus errores,
tus caídas, tus abandonos,
pero haz tú lo mismo
con la fragilidad de tus hermanos.
Lucha para seguir
el camino de la vida
que yo estaré contigo,
y no tengas miedo,
que el mal no ha de tener en tu vida
la última palabra.
Amén. "
José María Rodriguez Olaizola sj
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