domingo, 24 de septiembre de 2017

LA IGLESIA QUE HIERE



“Con frecuencia la Iglesia nos hiere en lo más vivo. Las personas con autoridad religiosa nos hieren a menudo con sus palabras, o actitudes y exigencias. Precisamente porque nuestra religión nos pone frente a cuestiones relativas a la vida y a la muerte, nuestra sensibilidad religiosa puede sentirse herida con extrema facilidad. Los ministros y los sacerdotes raramente se dan perfecta cuenta de cómo una observación crítica, un gesto de rechazo, una muestra de impaciencia pueden ser recordados de por vida por aquellos a quienes fueron dirigidas.

Es tal la necesidad de dar un sentido a la vida, de confortación, de dar consuelo, de perdón y reconciliación, de restablecimiento y salud, que a cualquiera que tenga un poco de autoridad en la Iglesia se le debería recordar de forma permanente que la mejor palabra para caracterizar a la autoridad religiosa es la palabra compasión.
Mantengamos nuestra mirada en Jesús, cuya autoridad se expresa en la compasión."

Henri Nouwen

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