La decisión del perdón viene acompañada de madurez espiritual.
Cuántos de nosotros necesitamos pasar por el proceso de perdón, pues el es una decisión y necesitamos decidirnos a perdonar. La falta de perdón mueve poderosamente nuestras emociones y, algunas veces, paraliza nuestra historia enteramente.
No necesitamos cargar trabas emocionales, no necesitamos cargar venganzas, tristezas, baja autoestima. Muchas veces esas trabas son causadas por nuestras relaciones, pues en todas las relaciones que vivimos existen conflictos, sea en la iglesia o en la familia, por eso precisamos del perdón.
Perdonar no depende de lo que el otro hizo con nosotros. El perdón sirve para que nosotros tengamos paz y consigamos dormir tranquilos, no para parecernos superiores a los otros.
No merecemos cargar heridas, por eso necesitamos diferenciar las emociones y los sentimientos. Las emociones generan sentimientos en nosotros que, algunas veces, pueden derrumbarnos; muchas veces, esos sentimientos no dejan que toquemos las promesas que Dios tiene para nosotros.
La decisión perdonar es la cosa mas asertiva que podemos hacer, es decidir que aquello que fue hecho con nosotros externamente no interfiere en nuestro interior, porque el interior debe estar cimentado en Dios y Dios está cimentado en la justicia y en la verdad.
Tomar la decisión de estar en paz significa madurez espiritual y emocional. Emociones saludables generan sentimientos saludables, y como pueblo de Dios, necesitamos entender ese proceso que Él está llevándonos a vivir, la madurez emocional.
No necesitamos cargar la falta de perdón, pues ella nos paraliza y paraliza nuestros sueños, no deja que sigamos hacia el frente, porque quedamos rumiando aquello. Lo que hace la diferencia con nuestra victoria es lo que haremos con el dolor que recibimos, con el mal que nos hacemos a nosotros mismos.
Alessandra Santtos
Jueves de Adoración en Canción Nueva
Adaptación del original en portugues
Fuente: portal Canción Nueva.
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