Por largos y hermosos que sean tus sermones, seguirán siendo sólo palabras vacías si no representan la verdad de tu vida.
No es con palabras vacías que llevarás a tu semejante a la fe. Por largos y hermosos que sean tus sermones, seguirán siendo sólo palabras vacías si no representan la verdad de tu vida. Se dice que cuando San Antonio visitó Alejandría, su don y su presencia hablaron más que cualquier discurso teológico.
Por eso, antes de ponerte a convertir a otros, sé tú un cristiano verdadero, no sea que alguien te diga, “¡Médico, sánate a ti mismo!”. No es posible que un pecador se haga apóstol y se mantenga indemne ante los demonios. Sé un apóstol con tus hechos, no con tus palabras, para que el espíritu del mal no venga y te pregunte: “Conozco a Pablo... pero ¿tú quién eres?”.
(Traducido de: Jean-Claude Larchet, Ține candela inimii aprinsă. Învățătura părintelui Serghie, Ed. Sophia, București, 2007, p. 123) - Fuente: Doxologia
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