Sólo así tranquilizarás el confuso movimiento de tu interior.
Cuando tengas que enfrentar alguna tentación o te irrite lo que alguien ha dicho en contra tuya, en vez de descargar tu ira con aquella persona o vociferar sin pensar, acuérdate del pecado que significaría esa reacción y corre a orar. Sólo así tranquilizarás el confuso movimiento de tu interior.
(Traducido de: Gheronda Iosif Vatopedinul, Dialoguri la Athos, Editura Doxologia, p. 136)
fuente Doxologia
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