Jesús vino a redimir a los pecadores.
Es muy difícil entender la mente de Dios, porque la lógica de El no es la nuestra. Los criterios que El tiene y usa son diferentes de los nuestros. Una de las cosas más extrañas para nosotros es la manera como Él escogió a los apóstoles.
Somos rigurosos al escoger a alguien, pues escogemos a alguien que es lider. Pero Jesús ignora esas cosas, El quiso construir Su Iglesia con personas débiles. El precisamente escogió a Pedro que no era un teólogo, era apenas un pescador. El no escogió a un sacerdote, un escriba que era especialista en interpretar la Biblia o un fariseo cauteloso en observar la Ley.
Jesús escogió personas simples y humildes, pero la cosa más extraña fue escoger a Mateo, porque el era un publicano, era denominado un pecador.
Los publicanos tenían la costumbre de quedar con una gran cantidad de sus bolsos. En aquel tiempo no existían las computadoras ni contadores y nadie conseguía controlarlos. Y aún así Jesús miró a Mateo y le dijo: "Ven, y sígueme". Es una vocación extraña, y lo mas sorprendente es que Mateo acepta la invitación.
Mateo estaba delante de aquellas riquezas y tenía que escoger, dejar todo lo que el tenía y seguir a Jesús o decirle: "muchas gracias por la invitación, yo tengo otras cosas para hacer", pero Mateo aceptó la invitación.
Hoy veo que Dios está escogiendo a uno de nosotros. No pienses "Soy frágil. No tengo instrucción". Jesús te está eligiendo también, la única cosa necesaria es tener un corazón abierto a Él. Seas santo o pecador, Jesús está aquí para reconstruirte, hacer de ti una nueva criatura, para que el hombre viejo muera y el hombre nuevo surja.
Necesitamos dejar el apego al dinero, apego al confort que estamos viviendo.
Nunca es fácil seguir a Jesús, es siempre un riesgo, pero es un riesgo que vale la pena correr! Es cierto que cuando los fariseos percibieron eso quedaron escandalizados porque de acuerdo con la Ley Hebraica el contacto que se tenía con el pecador te volvía, te convertía en otro impuro y necesitabas ir al Templo para ser purificado nuevamente. Pero Jesús ignora todo eso porque Él vino para aquellos que están enfermos y no para aquellos que están sanos.
Mateo organizó una cena en su casa y lo lógico es que los invitados de el debían ser los publicanos. Mateo no estaba viviendo en un ambiente saludable, el estaba en un ambiente de pecados, entonces sus amigos eran también pecadores. El invitado principal de esa cena era Jesús.
Los fariseos dijeron a los discípulos: "Ustedes saben lo que está sucediendo? Ustedes no están viendo que el Maestro de ustedes se está volviendo impuro de acuerdo con la Ley? Bien, yo creo que ellos hicieron un alto y reflexionaron.
Jesús vino a redimir a los pecadores, si yo dijese: "Yo no soy pecador", estoy diciendo que no necesito de Él. Si estamos sanos no necesitamos de médico, pero si no estamos saludables necesitamos de un médico. ¿Por que los escribas nunca aceptaron a Jesús? Porque creían que no eran pecadores.
Los fariseos no eran personas malas, eran personas buenas, pero no creían que necesitaban salvación. Ese es el error, porque Jesús vino para salvarnos.
Yo tengo la certeza que todos nosotros sabemos que necesitamos de Jesús como nuestro Salvador, todos nosotros sabemos que somos pecadores, y porque sabemos eso corremos hasta Él.
Los fariseos miraban a Dios como aquel que quería apenas hacer justicia, pero Él es justo y misericordioso con todos nosotros!
Jesús está diciéndonos a cada uno de nosotros: "Ven y sígueme". No vas a conseguir cambiarte a ti mismo con tus propios poderes, pero puedes lanzarte al perdón de Dios.
Fray Elias Vella
fuente Canción Nueva
Adaptación del original en portugues.
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