miércoles, 1 de noviembre de 2017

Cada día necesita su reposo, su intimidad, su oración

Cada día necesita su reposo, su intimidad, su oración. Si no encontramos tiempo para estar con nosotros mismos, acabaremos por no ser nosotros mismos, y seremos arrastrados por el torrente de imitación, conformismo y rutina que empuja a la mayor parte de la humanidad hacia una existencia sin vitalidad y sin ilusión. Hay que saber cultivar los silencios del alma para devolverle a la vida su energía y su sentido. Hay que orar cada día para vivir plenamente cada día.
Vallés, Carlos G., Cuéntame cómo rezas, Ed. San Pablo, Bogota, 1998, p. 39.


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