sábado, 4 de noviembre de 2017

El Señor ha hecho cosas grandes por mi

Si no puedo decir con sinceridad: «El Señor ha hecho cosas grandes por mi», no puedo rezar el Magnificat. O puedo rezarlo sólo entre comillas, como una cita, como algo que dijo la Virgen, no yo. Está bien, en todo caso: la Virgen es mi madre, y yo me regocijo por todo lo que Dios ha hecho por ella; pero entonces la recitación sería sólo una narración, no una plegaria; un recuerdo pasado, no una experiencia actual. Sólo cuando a las grandes cosas que el Señor hizo por María añado las pequeñas que ha hecho por mí, su cántico se hace mío, sus versos cobran vida, y yo aprendo a vivir con mi madre mi anunciación y mi Nazaret y mi Calvario y mi Pentecostés, que de todo hay en mi vida, reflejo mínimo, en mi pequeñez, de la historia grande del pueblo de Dios al que pertenezco.
Vallés, Carlos G., Cuéntame cómo rezas, Ed. San Pablo, Bogota, 1998, p. 69.



No hay comentarios:

Publicar un comentario