Hay quienes dicen: la oración es gracia; y no depende de métodos ni ejercicios. Decir eso es un grave error. La vida con Dios es una convergencia entre la gracia y la naturaleza. La oración es gracia, sí; pero también es arte, y como arte exige aprendizaje, método y pedagogía. Si mucha gente queda estancada en una mediocridad espiritual no es porque falle la gracia sino por falta de orden, disciplina y paciencia; en suma, porque falla la naturaleza.Larrañaga, Ignacio, Encuentro, Manual de Oración, Ed. San Pablo, Bogotá, 1996, p. 112.
jueves, 9 de noviembre de 2017
La oración es gracia pero también es arte
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