Con Jesús por la mañana.
“Este mundo espera de los cristianos un testimonio de mutua estima y cooperación fraterna, que haga brillar ante toda conciencia el poder y la verdad de la resurrección de Cristo. Ante esto, el compromiso paciente y renovado hacia la plena unidad es una luz brillante en una noche oscura y una llamada a vivir también las diferencias en la caridad y en la mutua comprensión" (Papa Francisco). ¿Cuidas tus vínculos? Demuestra cariño y comprensión por tus hermanos. Cultiva relaciones profundas y sinceras. Ofrece lo que vivas por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde.
"Jesús hizo un látigo de cuerdas y los echó del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio" (Jn 2, 15-16). A veces el cuidado de las personas exige firmeza y lucidez, para identificar y purificar los vínculos egoístas y autocentrados. Reflexiona sobre el modo de vincularte con los demás y pide a Jesús: “Señor, dame lucidez y firmeza”.
Con Jesús por la noche.
Rememora palabras. Trae a tu memoria las conversaciones que hoy mantuviste. ¿Qué palabras o frases escuchadas te resuenan? ¿Por qué te resuenan? ¿Qué has dicho hoy que sea significativo para ti? ¿Por qué es significativo? ¿Qué conversaciones de hoy te han dejado en paz y cuáles no? Apunta la diferencia en cada una y haz un propósito para crecer en adelante. Agradece el día.
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