¡Buen día Espíritu Santo!
Cuando ya el brilla en lo alto la luz,
cuando comienza a calentarse la frialdad de la noche,
vengo a pedirte: ¡haz lo mismo en mi ser entero!
¡Que brille Tu Gracia y Tu Amor!
¡Ven y calienta mi vida al abrigo de Tu Presencia!
¡Ven e incendia mis pobrezas!
Purifícame, Sostiéneme, Consuélame y, lleno de Ti,
que sea canal de Gracia para el otro.
Dime,
¿qué podemos hacer juntos hoy?
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