Toda mujer tiene una belleza única, un encanto propio
A mi esposa le gusta ver programas de TV que cambian las ropas y el estilo de las mujeres y a veces, yo los veo con ella. Funciona así: los familiares o amigos de una mujer, motivados generalmente por el mal gusto con que ella se viste y se comporta, la indican al equipo de producción del programa. A partir de ahí, los presentadores van conscientizando a esta persona a vestirse y comportarse según lo que ella cree y busca para su propia vida.
Casi siempre es una batalla hacer que estas jóvenes se desprendan no solo de las ropas antiguas, sino de lo que ellas representan para ellas. No es solo un estilo, es lo que ellas tienen y son.
Pero lo que me parece más interesante en estos episodios es que las participantes solo comienzan a aceptar la transformación que propusieron para ellas cuando son tocadas en sus historias de vida. El “look” de un gusto diferente generalmente está asociado a algún trauma o dificultad en el pasado, y la repugnancia al cambio, intenta en realidad, proteger un corazón herido y roto.
Algunas de ellas se justifican diciendo que quieren una mejor posición en el mercado de trabajo – sea en el medio ejecutivo o académico – o quieren hacer el tipo “atléticas”, pero puede suceder que por ese motivo, acaben usando un estilo “duro”, o incluso agresiva. Toman ropas y actitudes un tanto masculinizadas. Entonces, cuando se profudiza en la vida de la persona, descubren, por ejemplo, una mujer que se protege siendo fuerte, porque sufría algún tipo de violencia o vivió en un ambiente muy tenso.
Otras se visten con ropas de tallas grandes o demasiado largas, se esconden en los tejidos, con vergüenza del propio cuerpo, debe ser porque engordaron o adelgazaron mucho. Puede ser que por detrás de eso, haya alguien que tuvo una pérdida afectiva muy dolorosa y que eso haya reflejado en su físico, o traigan cicatrizes de accidentes, recuerdos que quedaron en el cuerpo pero que son señales del alma que grita.
Existen también mujeres que tienen un profundo anhelo de ser vistas, de que se perciba su mejor, solo que lo acaban mostrando exageradamente por sensualidad, con ropas cortas o muy justas, escotes exagerados y transparencias. Comunmente observamos que en la infancia y en la adolescencia, ella fue desacreditada o dejada de lado.
Existen también aquellas que la vida ha impuesto innumerables responsabilidades, por eso ellas fueron descuidando su apariencia. Por la falta de tiempo, se acostumbraron a no ver más belleza en si mismas.
Nos damos cuenta que la mujer esta llena de significado casi en todo lo que ella hace, así que, si lees este artículo, y por algún motivo no ves belleza en ti misma, reflexiona de donde viene tu sentimiento de “menos precio”. Y cuando descubrir, sepa que la situación indeseable no determina quien eres. ¡Tu tienes una belleza única, un encanto propio, cree en eso, a pesar de que nunca te lo hayan dicho, o si te dieron el contrario!
Después, otro punto que tenemos que trabajar es: valoriza lo que tienes de mejor. Seguramente, existe por lo menos, una parte en ti que te gusta, sea el contorno de los ojos, la forma de la boca, el cabello, la línea de la cintura, tu altura, cualquier cosa. Dale un destaque a eso, pero nunca con exageraciones.
Sea bella, independiente del físico. Las que son gorditas, delgadas, altas y bajitos también se descubren lindas…. Toda mujer tiene su propia belleza y puede verse a si misma de una forma mejor cuando comienza a valorar lo que ya reconoce que tiene de bueno.
=>La Dictadura de la Belleza
La industria de la belleza ha creado una forma e impone que todo el mundo sea de aquella manera, pero eso no es verdad. Existen ropas, maquillaje y cortes de cabello apropiados para cada persona, que revela mejor su feminidad y belleza.
Sin embargo, lo más importante no es la transformación estética, sino aquella que se da en el corazón. La mujer refleja la belleza de Dios y algo en tu íntimo anhela por corresponder a este don. ¡Cuando la mujer se da cuenta que es guapa, su alma y su corazón parece comenzar a restaurar!
Alguien dijo una vez: “la belleza salvará el mundo”. Tanto la salvación y la belleza viene de Dios, por eso Él lo hizo con gracia. Y creelo, el mundo necesita verte feliz para hacer brillar la pare de la belleza que el Señor depositó en ti.
Traducción: Thaís Rufino de Azevedo
Sandro Arquejada
Misionero de la Comunidad Canción Nueva
Misionero de la Comunidad Canción Nueva
No hay comentarios:
Publicar un comentario