martes, 6 de enero de 2015

EL PODEROSO NOMBRE DE JESÚS

Dios el exaltó soberanamente y le otorgo el Nombre que esta sobre todo nombre

Después de la Octava de Navidad, en el día 2 de enero la Iglesia celebra la fiesta del Santísimo Nombre de Jesús; porque, ocho días después de Su nacimiento, San José fue encargado por Dios de circuncidar y darle el nombre de Jesús, tal como le fue anunciado a la Virgen María: “Pero el Angel le dijo: No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús” (Lc 1, 30-31).

El Poder que tiene el nombre de Jesús 1

El Arcángel Gabriel el confirma en sueño a José: “Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo. Tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará la luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1, 20-21). El padre es responsable al dar el nombre al hijo en la costumbre judaica.

Como nos dice el evangelista San Lucas: “Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se el puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Angel antes de su concepción” (Lc 2,21).

Así, el Santísimo Nombre de Jesús fue dado por el cielo; por eso tiene poder. Santa Joana D’Arc murió en la hoguera repitiendo el nombre de Jesús. El nombre de Jesús representa la Persona divina del Verbo encarnado.

“Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: Jesucristo es el Señor” (Flp 2, 9-11).

El ángel dejo claro a San José la razón de este nombre: “porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. La palabra “Jesús” en hebraico quiere decir “Dios Salva” o Salvador. Así que, pronunciar el nombre de Jesús con fe, es tomarlo como divino salvador.

Es en el Nombre de Jesús que los pecados son perdonados. “Pues ahora ustedes sabrán que el Hijo del Hombre tiene en la tierra poder para perdonar pecados” (Mc 2,10). Él puede decir al pecador: “Hijos, se te perdonan tus pecados” (Mc 2, 5). Y él transmite ese poder a los hombres – a los Apóstoles – (Juan 20, 21-23) para que lo ejerciten en su Nombre.

La Resurrección de Jesús glorifica el nombre de Dios Salvador, porque a partir de ahora es el nombre de Jesús que manifiesta en plenitud y poder supremo del “nombre sobre todo nombre”. Los espíritus malos temen Su nombre, y es en nombre de Él que los discípulos de Jesús realizaron milagros, porque todo lo que piden al Padre, en Su Nombre, el Padre le concede. Es en el Nombre de Jesús que los enfermos son sanados, es en Su nombre que los muertos resucitan, los cojos andan, los sordos escuchan, los leprosos quedan sanados… ¡Este nombre bendito tiene poder!

Después que el pecado golpeo la humanidad, solo el Nombre de Dios Redentor puede salvar el hombre. Y este Nombre es Jesús. Es por el Nombre de Jesús que los Apóstoles operaran maravillas. “Estas señales acompañarán a los que crean: en mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas, tomarán con sus manos serpientes y, si beben algún veneno, no les hará daño, impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán sanos” (Mc 16, 17-18). Por lo tanto, el Nombre Santo de Jesús tiene poder y debe ser invocado con respeto, veneración y fe.

Los fariseos y doctores de la ley querían impedir los Apóstoles de predicar en Nombre de Jesús: “A fin de evitar que la cosa se divulgue más entre el pueblo, debemos amenazarlos, para que de ahora en adelante no hablen de ese Nombre. Los llamaron y les prohibieron terminantemente que dijeran una sola palabra o enseñaran en el nombre de Jesús” (He 4, 17-18). Pero ellos se niegan a dejar de pronunciar este santo Nombre, porque saben que no existe salvación en ningún otro: “El es la piedra que ustedes, los constructores, han rechazado, y ha llegado a ser la piedra angular. Porque no existe bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos alcanzar la salvación” (He 4, 11-12).

Jesucristo es el único Nombre divino que trae la salvación y a partir de ahora puede ser invocada por todos, porque se unió a todos los hombres por la Encarnación.

El nombre de Dios Salvador era invocado una solo vez por año por el sumo sacerdote para la expiación de los pecados de Israel, después de rociar el propiciatorio del Santo de los Santos con la sangre del sacrificio. El propiciatorio era el lugar de la presencia de Dios. Cuando San Pablo dice de Jesús que “El fue puesto por Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, gracias a la fe” (Rom 3,25), quiere asegurar que en la humanidad de este ultimo “Dios es el que estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo” (2 Cor 5,19).

El Nombre de Jesús esta en el centro de la oración cristiana. Todas las oraciones litúrgicas son concluidas por la formula “por Nuestro Señor Jesucristo…” La “Avemaría” culmina en el “bendito es el fruto de Tu vientre, Jesús”. El nombre de Jesús esta en el centro del Avemaría; el Rosario esta centrado en el Nombre de Jesús, por eso tiene poder.

Que podamos también hoy y siempre pronunciar con fe y devoción este Nombre dulce y santo que tiene poder, como aquel ciego de Jericó que gritaba con fe y se sanó: “¡Jesús, hijo de David, ten piedad de mi!”

Profesor  Felipe Aquino
Master y Doctor en Ingeniería Mecánica. Recibió el título de Caballero de la Orden de San Gregorio Magno por el Papa Benedicto XVI, es autor de varios libros y presentador de programas de televisión y radio de la comunidad Canción Nueva
fuente: Portal Canción Nueva.

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