Señor y Padre Nuestro,
en el día que señala tu victoria,
en el día que más te pertenece,
ponemos en Tus Manos poderosas nuestras preocupaciones y miedos.
Que Tu Palabra de Poder,
aquella que es Viva y Eficaz,
la que discierne,
la que es espada de doble filo,
nos levante y nos anime.
Levanta Tu Palabra sobre nosotros!
Levanta Tu Diestra poderosa,
¡sana y libera!
Tú, El que todo lo sabes y penetras,
otórganos la gracia que necesitamos para dar la buena batalla.
Bendice lo más amado,
Bendice lo menos apreciado,
y sea Tu Amor puente de unión entre nuestros extremos.
Que lo dividido en Tí sea unificado.
¡Amén!
No hay comentarios:
Publicar un comentario