Dios ve el corazón En esta sexta semana del tiempo común, la oración es así: ”Oh Dios, que prometiste permanecer en los corazones sinceros y rectos, danos por vuestra gracia vivir de tal modo que puedas habitar en nosotros”. Esta es la luz para que entendamos y experimentemos la liturgia. Dios, cuando mira, ve el corazón y no el valor de la ofrenda que haces.
La primera lectura de hoy habló sobre dos hermanos, Caín y Abel. Caín era el mayor, agricultor e inmolaba un sacrificio al Señor con los frutos del campo. Abel era pastor de ovejas y también ofrecía sacrificios al Señor y cada uno ofrecía lo que tenía. No era que al Señor le gustasen más las ovejas que los productos del campo.
Es un misterio de la libertad de Dios no haber mirado la ofrenda de Caín. Lo que llama la atención de Dios es el corazón de quien hace la ofrenda. El Señor miró a Abel, vio que se acercó para hacer su ofrenda con el corazón recto y sincero y no usó ninguna máscara.
El corazón de Caín estaba enmascarado, no estaba recto ni sincero. Por la reacción de Caín sabemos lo que pasaba en su corazón. A Dios le gustó la ofrenda de Abel debido a su corazón.
Padre Fabricio Andrade
Comunidad Canción Nueva – Retiro de Carnaval 2015
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