Quien no permanece en el fervor del Espiritu Santo corre el riesgo de desviarse
“Alégrense en el Señor”.
Fue así que en estos días fuimos invitados a aprovechar el carnaval, porque no existe pecado en aprovecharlo, lo que existe es una forma aprendida y saludable de aprovechar ese tiempo.
“Estén siempre alegres en el Señor, se lo repito, estén alegres y den a todos muestras de un espíritu muy abierto. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; antes bien, en toda ocasión presenten sus peticiones a Dios y junten la acción de gracias a la súplica.” Fl 4, 6-9
La orden de Dios en este pasaje bíblico es “no se inquieten”,o sea no existe contraindicación para la oración. En todos los momentos de nuestra vida estamos llamados a orar. La oración no pasa de moda.
La primera lectura dice: “quien está sufriendo recurra a la oración”. El tiempo de sufrimiento no es tiempo de reclamacion, es tiempo de oración. En tiempo de alegria también se reza, también se elevan himnos. O sea, ¿estás sufriendo? reza, ¿estás alegre? reza.
“La oración fervorosa del justo tiene gran poder”. pero ¿qué es una oración fervorosa?
Cuando colocas agua al fuego, después de estar ahí un tiempo, ella se va calentando, comienza a subir unas bolitas y si continúa ahí por más tiempo, el agua hervirá y será purificada. La oración fervorosa es aquella que permanece en este fuego del Espíritu, que va entrando en ebullición y nos purifica. La oración fervorosa es aquella que está en una permanente experiencia con el Espíritu Santo. Una oración fervorosa depende de su permanencia bajo el fuego del Espíritu.
Existe mucha gente que cree que la oración fervorosa es la oración obstinada. La oración terca es aquella donde la persona “determina” lo que Dios debe hacer.
¿Qué es un justo? El justo es aquel que está en el proceso de ajustar su vida al Evangelio. El fue escogiendo ajustarse a la voluntad de Dios. La oración del justo es aquella que se ajusta a la voluntad de Dios, es justamente el contrario de la oración del terco, en la cual Dios necesita “ajustarse” a su voluntad. Nosotros hemos entrado en este proceso de conversión, de ajustar nuestra vida a la vida de Jesús.
“Mis hermanos, si alguien de ustedes se desvía de la verdad y otra persona lo reconduce, sepa que quien reconduce a un pecador desviado, salvará su alma de la muerte y le cubrirá una multitud de pecados.”Todos nosotros, alguna vez ya nos desviamos de la verdad. Todos nosotros que estamos luchando para ajustarnos, ya nos hemos desviado de la verdad.
Hermano, nunca digas “yo nunca me voy a desviar”. No pienses que porque estás en un retiro no te vas a desviar porque quien busca, encuentra.
Entonces, tú y yo corremos el riesgo de desviarnos porque la preocupación no es el número de personas que se están desviando, nuestra preocupación no debe ser con aquellos que se pierden, sino con aquellos que están tibios, que nunca trajeron a aquellos que se desviaron. Estos son los peores, porque ni están fríos ni están calientes, están tibios.
El Evangelio muestra que aquel grupo de niños, que estaba yendo en dirección de Jesús, quería ajustarse a El y estaban en buen camino, pero aparecieron aquellos que creyéndose los buenos, los mejores, querían desviarlos. Cuidado porque mucha gente buena, gente de bien, si no permanece en el fervor del Espíritu, también corre el riesgo de desviarse.
Jesus dice en el Evangelio, que el Reino de los Cielos es de aquellos que lo reciben como un niño que se emociona con el regalo. ¿alguna vez regalaste un par de medias a un niño? La mamá se queda feliz, pero el niño quiere un juguete. Intenta dar un juguete para un niño, verás el fervor con el que lo recibe. El reino de los cielos debe ser recibido como un niño que recibe un juguete. Jesús está diciéndonos: ¡ven y recibe el Espíritu Santo, ven y recibe mi Reino con fervor!
En el día de hoy, Dios nos quiere reconducir a ese fervor. Di:” Necesito recibir esta gracia, recibir tu Espíritu Santo, Señor!. Cristiano que no tiene fervor es porque no permaneció en el fuego del Espíritu de Dios.
fuente PORTAL CANCIÓN NUEVA en español
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